UN LIENZO EN BLANCO

Hace años pensaba que el punto al que había llegado era un punto de NO RETORNO, que nadie podía reinventarse a cierta edad y que lo que había conseguido hasta ese momento era todo cuanto iba a poder hacer con mi vida. Como dijo un sabio: “con la cuchara que escoges, comes”.

La vida, un intenso y costoso trabajo interior la ayuda de mucha gente bonita y sabia también, que fui encontrando en mi camino, me hicieron comprender que todos somos lienzos en blanco esperando a ser pintados, que nuestra existencia está escrita, sí, pero en las estrellas y que todos tenemos la oportunidad de poner un nuevo rumbo a nuestra vida y hacer con ella y de ella lo que siempre quisimos.

Y ahora pensaréis: pero, ¿cómo? ¿Cómo hago yo para ser quien siempre quise ser, si no puedo borrar el pasado? Y mi respuesta es simple: el pasado no puede cambiarse, cierto, pero en el presente puedes encaminar tus pasos hacia tu futuro. Visualiza lo que quieres, traza un plan que te ayude a llegar a la meta y, sobre todo, ten paciencia, que es la madre de todas las ciencias.

Por otra parte, y para no llevarnos a engaño, tenemos que pensar en ir cumpliendo poco a poco nuestros objetivos y ser realistas con nuestras metas. A mí me sirve hacer listas de pros y contras, de caminos posibles para llegar a mi fin… cosas sencillas pero efectivas, porque además, cuando lo escribes, lo ves más cerca. Os aconsejo probar.

Daos la oportunidad de florecer como la primavera. Venimos de una estación de recogimiento e introspección, como es el invierno y lo que toca ahora es dejarnos ver como el brote que asoma en la tierra, nos toca despertar a lo que viene, ya sea traído por la propia vida o porque nosotros lo atraigamos como un imán, con nuestros pensamientos, con nuestras palabras, con nuestras acciones.

Todos somos lienzos en blanco. No importa la edad, ni el lugar en el que nacimos, ni donde vivamos. Nos condicionan las ideas, la educación recibida de niños, la sociedad y es verdad que esos condicionantes pesan como una losa, pero nuestra vida es nuestra, sólo tenemos una (en este plano…). Disfrutémosla entonces y vivámosla a nuestro gusto, bajo nuestra propia mirada, porque nadie más puede vivir por nosotros, pero sin que nadie pueda obligarnos a ser aquello que no queremos.

Por supuesto que vivimos en un mundo con reglas. Somos muchos y de alguna manera tenemos que ponernos de acuerdo para una convivencia cordial y segura, pero hay una parcela muy grande en nuestra vida que nos permite ser libre y bailar descalzos sobre la hierba, tumbarnos al sol o dormir bajo un árbol, que nos permite elegir a quién amamos (si, ya sé que todavía hay zonas del planeta donde hasta ni eso pueden escoger algunas personas… pero de eso ya hablaremos), dónde trabajamos, qué comemos, a quien elegimos como amigo, etc…

En esa parcela, somos los reyes y las reinas, nosotros decidimos que hacer y si no lo hacemos, es por miedo a salir de nuestra zona de confort, del universo conocido. Es difícil, sí. El miedo paraliza. Pero no se hubieran descubierto nuevos continentes si nadie se hubiera atrevido a salir de su casa, de su ciudad, de su país. Y cuando conquistamos nuestros propios miedos, nuestros monstruos del abismo, las riquezas son inmensas, incontables.

¡Ánimo, geste bonita! Pintad vuestro lienzo de colores diferentes, utilizad técnicas distintas. En blanco y negro todo es más aburrido…