EL BARBECHO

Se trata de una técnica de cultivo que consiste en “dejar descansar la tierra”, de manera que pueda recuperar humedad y nutrientes, tras el desgaste de sucesivas cosechas, así estará lista para el próximo cultivo.

El tiempo de barbecho puede durar uno o varios años, durante los cuales la tierra se limpia de malas hierbas y se riega, preparándola para cosechar sin agotar los recursos.

He querido tomar este símil, que vino a mi cabeza durante un paseo por el campo, cerca de un área de cultivo, para explicar la necesidad de todas las cosas de tomar una pausa en la vida.

Nos encontramos en un periodo en el que los árboles pierden sus hojas, algunos animales hibernan, pero el ser humano sigue con su frenética vida de trabajo, de conexiones sociales, de cumplimiento de tareas, de lo que se espera de uno, de lo que uno mismo espera de si… y eso, nos enferma.

Estamos hablando de enfermedades físicas, el agotamiento como tal, bajadas de defensas, dolores musculares, fatiga, etc. También se produce un desgaste emocional y un estrés que conduce a estados de ansiedad, que, prolongados en el tiempo, pueden acarrear consecuencias fatales para la persona que los sufre, extensible a la familia que le rodea, desde infartos, hasta depresiones. Terrible, ¿verdad?

Las personas, como el resto de los seres de la naturaleza, necesitamos pausas para reponer fuerzas, para reestablecer nuestra energía tras periodos intensos de trabajo, de esfuerzo físico o mental, o en periodos de tristeza, de pérdidas, de duelos… Es increíble lo que el descanso físico puede ayudar a la mente y viceversa. Pero no lo hacemos, más que en verano y la mayoría de las veces, esas vacaciones solo sirven para acabar más cansado y estresado que cuando las comenzamos. Muy poca gente realmente descansa.

No hay por qué tener miedo a tomarnos una pausa, a pedir un tiempo y un espacio para nosotros en el que poner nuestras ideas en claro, limpiarnos de pensamientos obsoletos, tóxicos, inflexibles, pero también para dormir, para alimentarnos de forma sana, porque es totalmente necesaria esa claridad mental para retomar nuestra vida con más fuerza y ser la mejor versión de nosotros mismos, aunque eso signifique alejarnos por un tiempo de personas y lugares queridos o meternos dentro de nosotros mismos y no socializar tanto como acostumbramos. La gente que realmente nos quiere, entenderá nuestra necesidad de “estar en barbecho”, si es esto lo que nos preocupa.

Aprendamos de la tierra. La naturaleza no se equivoca.

 

Mónica S.